Yo también he estado ahí. De hecho, está claro: yo soy tú, tú eres yo. Todas somos todas.




Las que se tragan el malestar. El “ya pasará”. El “aguanta un poco más”. El “yo puedo sola”.
Por un cuestionable sentido de la responsabilidad hacia los demás. Por lo que creemos que se espera de nosotras. Por cabezonería. Por ego. Por mil cosas.


Hasta que el cuerpo, la voz o la dignidad dicen: ya no.


Hasta que levantamos la cabeza y, de repente, somos conscientes de la niebla espesa que nos rodea y nos impide ver hacia dónde ir.




C0T no es un método milagroso.
Es el sitio donde te miras al espejo —desnuda pero con ropa— y empiezas a escucharte de verdad.
Sin maquillaje. Sin excusas.




Si quieres que alguien te diga que todo va a ir bien, hay miles de coaches ahí fuera.
Y quizá sea eso lo que necesites. Así que piénsalo.

Porque aquí no.

Aquí no se viene a pintar de rosa lo que está gris.
Aquí se viene a mirar de frente. A decidir desde el fondo.


Y a dar pasos que quizá incomoden… pero que, por fin, te representen.



Si estás aquí, es porque ya has tomado una decisión. Dale forma.